Soy Milena de Praga
Monika Zgustova
Galaxia Gutenberg, 2024
166 páginas
Monika
Zgustova ha escrito un libro delicioso, emotivo y convincente. El libro se
publicó en febrero, una semana después de mi visita a Praga. Lamenté que no me
llegara antes pues viajé a Praga sin ese libro. Viajé poco antes de que se
publicara. Tengo la costumbre de leer algún libro relacionado con el lugar al
que viajo. Ahora que lo he leído confirmo que habría sido una compañía
apropiada. Y es que la Milena que nos muestra la autora es tan real que uno
esperaría cruzársela en la calle Celetná o en la plaza de Venceslao.
No
pude ir a Praga tras las huellas de Milena, pero lo hice bajo el influjo de
Kafka, de Haroslav Hašek y de Bohumil Hrabal, autores, por cierto, que Zgustova
ha traducido repetidamente al español.
En
fin, que de regreso de Praga me hice con la historia de Milena Jesenská,
periodista, escritora, traductora de Kafka y otros. La pericia de Monika
Zgustova, a la hora de ofrecer voz a Milena, hace que el lector “crea” escuchar
a la propia protagonista. Es una voz emotiva, verosímil, cercana y convincente,
una voz verdadera.
La
autora ha dividido la novela en cuatro partes que exploran cuatro épocas en la
vida de Milena. La primera parte, titulada La extranjera, nos muestra a la
protagonista en Viena, donde ha seguido al marido infiel y desentendido de su
esposa, el periodista Ernst Polak. Milena se mueve en los ambientes de
literatos, donde conoce a Karl Kraus, a von Doderer y a Hermann Broch con quien
mantuvo una relación. Pero Milena siempre evoca Praga y la echa de menos. Es a
donde pertenece.
En
la segunda parte, La traductora, Milena decide regresar a Praga, pero relata,
de modo retrospectivo su relación con Kafka con quien había estado carteándose
desde hacía cuatro años. Milena había traducido El fogonero y ahora, desde
Viena, le pide permiso para publicar el libro. Desde entonces su relación se
hizo más intensa y, tras varios encuentros, se convirtió, más si cabe para el
escritor, en una necesidad.
Pero
Kafka fue en realidad una etapa más, aunque profunda, en la vida de la
periodista, que ahora sí, de regreso en Praga decide poner todo su empeño en
escribir crónicas y reportajes. Esa tercera parte, La periodista, es una etapa
decisiva en la vida de Milena Jenenská, Es contratada en la revista Národní
listy, donde se haría cargo de la sección para mujeres. No es exactamente lo
que Milena desea, pero ve una oportunidad y lo acepta.
Durante
aquellos años, anteriores a la guerra mundial, Milena va tomando conciencia
política. Además de criar a su hija, Honza, fruto de su matrimonio ya roto,
Milena comienza una actividad disidente y crítica contra las amenazas
totalitarias. Aquel tiempo fue problemático y turbulento. Milena trabajó en
varios periódicos y se enfrentó a la censura y a la sospecha. La maestría y
sensibilidad de la autora de la novela nos introduce en las tribulaciones de su
protagonista, con un relato de aquel tiempo, en primera persona, que huye de lo
panfletario y se pega a lo individual. Es Milena la que aparece en primera
línea y los acontecimientos la envuelven sin nunca sobrepasarla. Es a la
persona a la que el lector contempla; sus vicisitudes y desafíos en aquellos
dramáticos años. La historia la construyen los individuos con sus errores y
aciertos.
De
este modo, el relato de Milena Jesenská llega a su parte final, la quita parte
de la novela, titulada La prisionera. Es un relato desgarrado y emotivo. Milena
es detenida por la Gestapo el 11 de septiembre de 1939. Trasladada al campo de
concentración de Ravensbrück, y destinada a la enfermería. Allí conoce a la
presa Margarete Buber-Neumann, Greta, con quien mantendrá una relación de
afecto durante los años de internamiento.
El
libro de Monika Zgustova nos pasea no solo por Praga sino por los territorios
convulsos de la Europa dañada por los totalitarismos. Pero lo hace desde la voz
de una protagonista humilde y casi desconocida, la de Milena Jesenská, que a la
vez es una voz poderosa y verídica, la memoria de una ciudadana europea libre y
vital.
Un
libro, como dije al principio, muy recomendable. Tanto para viajar a Praga como
para comprender la Europa de un tiempo dramático y turbulento.